Año 2

“Si tú mueres primero, yo te prometo, que escribiré la historia de nuestro amor…”

Recurrí al apapacho de la lectura, al desfogue de la escritura y a la adrenalina de correr distancias muy largas o complejas. El camino hacia el año dos ha estado revelador, disfrutable y sin la nefasta sensación de estar en modo supervivencia.

Decidí que llevaría la foto de Carlos a las carrera y la sacaría en el kilómetro a partir de cual nunca había corrido. En el medio lo saqué a partir del kilómetro 16 y hoy salió en el 21.

Te conocí cuando tenías 30, nos casamos cuando yo tenía 30 y partiste un viernes 30, nada sorpresivo el día, siempre huimos los viernes, ya fuera a tu pueblo, a una cantina o con tequila y carajillo en nuestro hogar.

Súper tocados y contentos 😜🍾🍻🥃🍸🍹🍷

Hoy, 30 de julio de 2023, corrí 30 kilómetros, supongo sabes cuántas veces me cuestioné hacerlo este día, cuánto dudé, esta misma mañana estuve tentada a no hacer la carrera, pero se logró.

Últimamente he querido encontrarle mucho sentido a los números. Que si 2221 porque fueron años de aprendizaje y reconstrucción junto con la fecha cumpleañera, que si 814 porque 8 de D y las 14 letras que conforman su nombre.

Teníamos planeado ir a la iglesia, pero seguiremos la misa por YouTube, cobijados por el hogar primigenio. El asador estará encendido.

El espasmo esofágico cada día es más sutil pero regularmente su llegada es inesperada. Acepté que estás muerto, pero te siento a nuestro lado. Esa solicitud de que te llevara conmigo, que no importaba si te perdía, pero que fuéramos juntas la mitad de tus cenizas y yo, fue tu plan para hacerte presente siempre y dejar un poquito de ti en todos los lugares cotidianos o aquellos que descubrimos. Pienso que es tu plan para siempre satisfacer esa ansia tuya de ser necesitado. Te dejo ganar esa partida, en realidad la ganó D por ti, con esos gritos de papá o sus ojos llenos de emoción cuando observa tus fotos o reproduzco tu video sobre la amplia explicación de por qué Soy tu fan debía contar con nueva temporada y no ser una película.

730 días que dejaste este plano. Es raro, fue hasta el domingo 1 de agosto que viniste a mis sueños a decirme algo así como que íbamos a echarle los kilos para salir de esta. Casi siempre le dabas vuelta a nuestros problemas, pienso que por eso tardaste un par de días.

Ya no recuerdo la frase tal cual me la dijiste, pero sí tu emoción, tengo muchos problemas con la memoria. Aún no he averiguado si es por el covid, el trastorno de estrés postraumático, la maternidad o los litros y litros de bebidas alcohólicas que he consumido en 35 años.

Corté a nuestros amigues con los que ese día fuimos al estadio porque ya se veían peor que nosotros 😜😜

He pensando en aquella despedida de tu cuerpo y la “llamada” previa a tu ingreso al crematorio, pienso mucho en los planos, pienso en cuánto te extraño pero cuánto disfruto seguir aquí pese a todo. Apenas esta semana te lo dije, haces mucha falta pero me quiero quedar aquí, compartir y disfrutar. Vivir con D. Te amo tanto, pero nuestro chamaco está aquí, además, logré sentir en sueños que no estás solo, logré ver esa sonrisa satisfecha.

El dolor ha sido persistente, pero el otro día con la tía Martha, alguien dijo que todo depende qué historia nos contemos y como nos hablemos. Justo el 14 de febrero de este año pensé: Me casé con el hombre que quise, qué mas puedo pedir.

Me había prometido no destinar dinero a libros hasta que leyera los que creí me daría tiempo durante las últimas semanas del embarazo o el postparto, pero vi esta edición de Las Vigilantes con la firma de la Reina duende y decidí forzar mi cartera. Cada peso destinado valió por consumir de manera desenfrenada esta novela.

Y pues sí, me casé con el hombre de mi vida, que más sí hoy puedo seguir gritándote ¡Te amo, ingeniero!

Gracias por dejarme disfrutar de nuestro enano, poco a poco aprendo a callar tu voz juzgona que detona la culpa o vergüenza y activo la que me ponía chingona, esa que te llenaba de orgullo y te encantaba presumir. La que te daba el upgrade como señor casado. Eso estoy segura que ayuda más a nuestro hije. Trato con mucho empeño de no llenar expectativas, solo seguir ligerita. A menudo me resulta muy complejo, lo intento con vehemencia.

Gracias por guiarme, gracias por ser muleta, disculpita porque a veces abuso de ti para avanzar. No nos sueltes, en esta familia te amaremos toda la vida.

Seguiré haciendo esas bromas sobre tu partida.

Ayúdame con D, su resistencia, compasión, fuerza y resiliencia superan cualquier límite.

Y sí, tuvimos un niñe mágico.

Te amo con el alma, nos volveremos a encontrar, tal vez ahí, tal vez entonces, esas miradas de liberación y temor que me regalaste los últimos días que compartimos espacio, se hayan transformado en miradas de paz.

Nota final: El día que Charles estuvo en el torito él quería seguir en la fiesta con nuestros amigos (los de la foto cortada de allá arriba) y yo le dije que nos fuéramos porque al día siguiente quería ir a correr 😅😅😅.

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